Siempre me había interesado el trabajo artesanal, había ayudado en techados, hormigonados, etc. No quería trabajar en una oficina. Por eso me decidí por esta profesión. En la escuela hice unas prácticas y entonces supe que quería aprender algún tipo de trabajo manual, porque me divertía mucho más que un trabajo de oficina. Más tarde, me formé como mecánica de corte en LÄPPLE y luego pasé a FIBRO.
Es un trabajo en el que hay que reflexionar y hacer muchas cosas con las manos. Eso me gusta mucho, no resulta aburrido.
Me gusta mi trabajo porque no es rutinario. También podría imaginarme trabajando como mecánica industrial, porque se trabaja mucho con herramientas. Pero lo que también me gusta mucho de mi trabajo es tener que prestar atención a la precisión.
En FIBRO trabajamos mucho la precisión, en mi área hasta la µ (micra), es decir, una precisión extrema.
Los productos con los que estoy trabajando actualmente, por ejemplo, son troqueles de corte que se usan en prensas para hacer orificios. Es decir, son herramientas de estampado.
Me gustaría seguir en mi trabajo. Me gustaría conocer más máquinas, para poder hacer rotaciones. Quizás haga un curso de perfeccionamiento, aún no lo sé con seguridad.
Me gustaría seguir aquí, porque me gusta mucho el entorno laboral, el trabajo, la empresa y las personas que trabajan aquí. Y porque estoy convencida de mi profesión.
Fantástico. Me encantan mis compañeros y me lo paso muy bien aquí.
Del grupo LÄPPLE, me gusta mucho que todo el entorno encaja, que las personas se llevan bien, y que el trabajo es variado.
Va bien. Los hombres me aceptan y nos entendemos bien.
Hacer un día de chicas es una buena idea. Ahí, puedo explicarles mi trabajo y quizás a algunas de ellas les interese y quieran trabajar con nosotros.
